A veces, basta con girar la cabeza para darte cuenta que estas equivocado, que esa perspectiva no es la correcta. Aunque No siempre.
El dolor que acumulé llegó a ser tanto que cubrió las caras. Esas caras, esas sonrisas. Las que ahora adoro. Me bastaron 9 horas para acabar con todo eso y empezar a entender. Aquel falso arcoiris me lo indicaba, no debía nada.
Ni a mi ni a nadie.
Ahora todo es mucho más sencillo. Más mundano, más digerible, menos feo.
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lucy -